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El Vigilante

La agresión a Bono

<u><center><b>La agresión a Bono</b></center></u>
Esto se veía venir. Tenía que ocurrir un día u otro y ha surgido donde menos debería haber ocurrido.
El sábado en la manifestación que convocó la Asociación de Víctimas del Terrorismo fue insultado, zarandeado y agredido José Bono, ministro de Defensa y fueron expulsados de la manifestación él y Rosa Díez, y se marchó con ellos Ana María Vidal Abarca, presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo.
Es triste que esto ocurra en una manifestación contra el terrorismo. Es increíble que las iras se dirijan contra un hombre que defiende claramente el concepto de la nación española.
Pero el encanallamiento de la política en España ya llega a límites peligrosos pues ya no hay adversarios sino enemigos, no hay líneas que separan unas posiciones de otras, sino trincheras y los combatientes con el cuchillo entre los dientes.
Y los combatientes son todos, militantes, simpatizantes, periodistas y todo el que pase por allí. Y en esta guerra se utiliza todo, lo mismo da una manifestación, una ley, un equipo de fútbol o de donde sople el viento.
Llegados a este punto, ante el peligro de los nacionalismos excluyentes racistas y xenófobos, debería primar el sentido común pero, como ya sabemos, poco les importa a los políticos con tal de hundir al contrario, y pronto tendrán cada uno su Asociación de Víctimas del Terrorismo, si es que no la tienen ya.
La extrema derecha está activa últimamente y su actuación en la manifestación del sábado es agresiva y deslegitimadora de la democracia, y profirió gritos del tipo de "¿dónde está Pilar Manjón?" o "¿dónde está Bardem".
Y luego dirigidos a Bono: "No te queremos en la Iglesia", "vete con Gallardón","asesino", "defensor de maricones", "devuelve las tropas a Irak, cobarde", "apóstata", "cabrón".
Y por si no estaba claro quien está detrás de todo esto se concentraron delante de la cadena SER gritando "Acebes, Acebes, Acebes", "No, no, no, Acebes no mintió".
Estando en contra del sectarismo de la cadena SER y de todo el grupo Prisa no parece conveniente que a una emisora se le intente amedrentar o agredir y es tristísimo ver las lágrimas de Rosa Díez, esa mujer que se ha enfrentado cara a cara con los terroristas y sus cómplices, y siendo insultada y vejada por estos energúmenos.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo debería hacer como ha hecho Laporta con los ultras del Barcelona, localizarlos y echarlos a la calle pues gente así, no sólo no busca consuelo ni justicia para las víctimas del terrorismo, sino que lo que pretende es sacar tajada de la sangre de los inocentes.

Cosas veredes...

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