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El Vigilante

El Carmelo y Paco

<u><center><b>El Carmelo y Paco</b></center></u>
Dicen hoy los diarios, que ha muerto Paco Gandía, ese hombre tímido y genial, maestro del hipérbole y a quien algunos que tienen el sentido del humor de una almeja fosilizada, no entendían, ni a él ni a su ironía. Pero ¡qué pena se haya muerto Paco!. Con la falta que nos hacía hoy, porque nadie en el mundo podría relatar y explicar lo que está sucediendo en Barcelona con los socavones del barrio El Carmelo.
¿Se imagina alguien lo que se estaría diciendo si ese episodio hubiera ocurrido en Extremadura o en Andalucía?. Claro, ese suceso no puede suceder en una región tan europea como la catalana, eso sólo sería posible en lo que se llama España profunda. Pero para profundo, pero profundo de verdad, el boquete que se ha abierto, para profunda, la incompetencia de los que tienen, sarcásticamente, las competencias transferidas y para profundísimo, el intento de censura que la autoridad incompetente decretó para el asunto, elaborando un protocolo para que los periodistas no puedan informar.
Pero todos los que protestaron, con razón, cuando se hundió un tramo del AVE Madrid Lleida, están ahora mirando para otro lado. Tan sólo Juan Marsé, el escritor que, en su genial Últimas tardes con Teresa nos hizo conocer el barrio de El Carmelo donde vivía el Pijoaparte, quien se ha indignado con los dirigentes políticos y ha dicho: "En vez de perder el tiempo y el dinero de los contribuyentes buscando las esencias de la patria, la lengua o la identidad ¿por qué no se afanan en resolver los auténticos problemas de los ciudadanos?"
Y decía que hace falta Paco Gandía para contarlo, no sólo porque esto ya sería suficiente no para un chiste sino para un hecho verídico, tal como Paco calificaba sus sucedidos, sino que la realidad supera la ficción más imaginativa.
Ayer en la sesión de control al gobierno en el Parlamento catalán, el PP e Iniciativa preguntaron a Maragall por el tema que preocupa a Barcelona y, especialmente a más de 1000 familias que han visto perdidas sus casas, y sus recuerdos por la manifiesta ineptitud de los ¿responsables? políticos. Pero a Convergencia y Esquerra no les pareció suficientemente grave el asunto y preguntaron ¿adivinas sobre qué?. ¡Bingo!, sobre el supuesto déficit fiscal de Cataluña.
Pero cuando tiene que venir Paco a explicarlo y contarlo para que nos riamos un ratito, es cuando el representante del Partido Socialista del que hay que decir su nombre (Juan Jaime) para que pase a los anales de la estupidez o del cinismo, hace su pregunta al gobierno, y se va derechito y le espeta al Molt Honorable Pascual Maragall:
¿Cuál es su opinión, señor Presidente sobre el primer congreso del mundo rural celebrado en Cataluña?. Así, sin guardaespaldas. ¡Con un par!.
¡Anda Paco, arrepiéntete y vente de nuevo para acá y cuéntanoslo!
Cosas veredes...

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