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El Vigilante

¿Y eso qué es lo que es?

<u><center><b>¿Y eso qué es lo que es?</b></center></u>
Con el paso del tiempo bastantes profesiones han modificado su forma de trabajar y otras muchas han desaparecido, a causa de los avances de la ciencia y de la fabricación en serie. Ya no existe, por ejemplo, aquel latero que le echaba un remiendo de estaño a una olla que había sido agujereada por el uso. En muchas ciudades se conservan en los nombres de las calles los antiguos oficios ya prácticamente desaparecidos, y a veces, nos hace evocar tiempos mucho más calmados.
En el transcurso de la vida se han ido creando nuevas profesiones, como piloto de avión, informático, técnicos de todo tipo y otras de personas que atienden a necesidades que antes no existían. Pero confieso que, a veces, me pierdo, pues por el nombre que le dan a ese oficio, no sé realmente a qué se dedica quien lo practica. Eso me ocurre cuando veo algunos anuncios que piden, por ejemplo, un trabajador social, técnico en "coaching", o lo que me pasaba con el técnico de atención domiciliaria infantil hasta que me enteré que era la "canguro".
Pero lo más divertido es mirar en los manifiestos a favor o en contra de esto o lo otro, a los abajo firmantes. Hay verdaderas joyas en las profesiones que añaden después de su nombre.
Hace unos días, en un escrito a favor de la religión (católica, por supuesto) en la escuela, había un tipo que tenía como profesión mariólogo, y otro cristólogo. No sé si en la Universidad de Navarra o en la Pontifica se dan esos títulos ni si existen en la Formación Profesional algo parecido. No sé como solucionarían eso pero se me ocurre que, tal vez, el que tenga el título de FP2 en mariología sólo podrá llegar a explicar las apariciones y que la virginidad de María quedará ya para un Master.
En otro manifiesto, esta vez pidiendo el NO a la Constitución europea, desde postulados de izquierdas, había ecologistas, sindicalistas, feministas y otros de los que yo pensaba que podría ser una actitud ante la vida pero que nunca sospeché que podrían ser una profesión, aunque el que más me llamó la atención era uno que decía que era activista. Así, sin más, y yo me quedé pensando que cosa sería eso de activista y en favor o en contra de qué desarrollaba este individuo su activismo.
Ahora bien, lo que es ya para sobresaliente cum laude es lo que he visto en un artículo publicado en el diario Gara y en Rebelión (periódico digital supuestamente de izquierdas), y firmado por una tal Belén Martínez, en el que se solidariza con los aprendices de etarras que están siendo juzgados en la Audiencia Nacional. Sin entrar en el fondo del artículo, (bastante lamentable por cierto visto desde mi ángulo de la izquierda) lo mejor del asunto es la profesión que tiene la susodicha Belén, y es nada menos que Investigadora de Género e Igualdad.
Mi amigo Raimundo, con su típico acento almeriense y al estilo de su paisano Carlos Herrera dijo: "¡Dios mío! ¿Y eso qué es lo que es?".
Y luego nos quejamos de que en España no tenemos suficientes investigadores. ¡Claro! ¡Cómo no nos habíamos dado cuenta antes!. No tendremos investigadores en células madres o en las vacunas contra el sida pero somos los números uno en Investigación de Género e Igualdad. ¡Y el Centro Superior de Investigaciones Científicas sin enterarse!
Ya mismo te veo en la NASA, Belén, aunque no les arriendo las ganancias y que Dios los coja confesados.

Cosas veredes...

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