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El Vigilante

La fábula del pastor y la justicia

<u><center><b>La fábula del pastor y la justicia</b></center></u>
Hace unos años un pastor de una aldea perdida de Las Alpujarras tuvo unos problemas intestinales e hizo lo que había hecho toda la vida, buscar unas hierbas terapéuticas en el monte, sin saber que esa especie de manzanilla era ahora una especie protegida y por arrancar esas hierbas, fue llevado a juicio y condenado a una fuerte multa y no recuerdo bien si incluso el fiscal pidió penas de cárcel para el pobre hombre. Hace unos días, ha ocurrido algo parecido con otro pastor quien, según la prensa, había sido encarcelado porque sus ovejas se habían comido unos algarrobos, también en la lista de las especies protegidas.
O esa es la leyenda que se ha forjado, la del pobre e inocente pastor que se veía en la cárcel por tan fútil motivo. Pero en un reportaje de El Diario de Cádiz han matizado la historia revelando que el pastor ni es tan pobre pues posee más de mil ovejas, que según mi amigo Adrián, no las tiene cualquiera, y tampoco tan inocente porque no fue encarcelado por el motivo aludido sino porque después de recibir la denuncia, entró en la finca de quien lo había denunciado, robó unas gallinas y unos cuantos sacos de pienso, y ya tenía antecedentes por daños contra la propiedad.
Me parece bien que El Diario de Cádiz matice la historia para que se sepa toda la verdad pero me ha dado la impresión de que aunque todo eso fuera cierto, la desproporción era de tal magnitud que más parecía que el diario lo que pretendía era, a tenor del artículo, desprestigiar al Sindicato de Obreros del Campo que se había solidarizado con el pastor.
En cualquier caso, no cabe duda que hay delincuentes y delincuentes, pues este pastor no tuvo la suerte de que el tribunal le permitiera dejar a sus ovejas bien cuidadas tal y como Rafael Vera lo tuvo para arreglar su jubilación, ni tampoco que se hiciera una ley a toda Prisa para solucionar un problema ya creado. Tampoco el presidente de su comunidad autónoma fue en coche oficial a visitarlo a la cárcel, ni pidieron el indulto un ex presidente del gobierno y varios ex ministros, ni siquiera tuvo la oportunidad de que el encargado de ejecutar la sentencia se negara a hacerlo como hizo Atucha con Batasuna.
Posiblemente, a este humilde pastor, delincuente para la justicia, le hubiera ido mejor si sólo hubiera robado el 3% de los algarrobos y gallinas ya que así podría pastelear, musitar unas excusas, pagar una indemnización a costa del bolsillo del contribuyente, y si te he visto no me acuerdo.
¡Ay Laureano! ¿por qué te metiste a pastor?
Cosas veredes...

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