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El Vigilante

Presunción de inocencia

<u><center><b>Presunción de inocencia</b></center></u>
La presunción de inocencia es uno de los grandes logros de la democracia y debe ser un derecho para todo el mundo, sean cuales sean los delitos de los que le acuse y corresponde, en todos los casos, al fiscal demostrar la culpabilidad del acusado y no a éste demostrar su inocencia como ocurría no hace tanto tiempo.
Viene esto a cuento de la operación anti Mafia que se lleva a cabo en Marbella y que según el fiscal general del Estado, lo sabido hasta ahora, con ser enorme, es sólo la punta del iceberg.
Un iceberg que oculta una mole de delincuencia organizada que todo el mundo intuía y sospechaba, una delincuencia con unas implicaciones que van bastante más allá de lo que el presidente de la Junta Manuel Chaves ha dicho, vinculando la existencia de esos mafiosos al caos urbanístico de Marbella. Chaves, parece que se ha querido poner el parche antes que le salga el grano pero, en última instancia, él es el responsable del urbanismo en Andalucía.
El asunto es que, el decano del colegio de abogados de Málaga Nielson Sánchez-Stewart que hace tiempo compartió despacho con el principal acusado, el chileno nacionalizado español Fernando Del Valle, ha reclamado la necesidad de respetar la presunción de inocencia. Así debe de ser y todo el mundo estará de acuerdo con el ilustre decano, pero más de acuerdo estaría si también se hubiese pronunciado contra las descalificaciones que los abogados defensores han hecho de la policía, el fiscal y el juez instructor, pues de este modo alguien pudiera pensar que, además de ser un principio democrático, al señor decano se le ve algún plumero raro.
Especialmente cuando todos podemos recordar el ominoso silencio del colegio de abogados ante el linchamiento que se llevó a cabo con Dolores Vázquez, sospechosa de asesinar a Roció Wanninkhof, condenado en los programas de telebasura y por la mayor parte de la prensa.
Y ahí, cuando se destruía de manera inmisericorde a una persona, el señor Sánchez-Stewart, estuvo callado como un muerto.

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